Una valoración del Hotel Hamlet o Antiqa Ragusa, que parece ser que es el mismo. No se ni por donde empezar. Comenzaré por lo que tiene de bueno, el hotel está situado a unos pocos metros de la calle principal del Old Town de Dubrovnik, así que la ubicación es excelente, si lo que quieres es estar en el centro. La limpieza de las habitaciones es correcta, sin mas. Lo malo: Lo peor de todo es que no existe una recepción como tal, la han convertido en bar, gran jugada, así que las fotos del hotel en las que aparece dicha recepción, olvidadlas. Cuando llegas te encuentras a un chaval detrás de una barra que te señala una mesa con unos papeles, uno de ellos con tu nombre y la llave de la habitación, nadie te pide identificación (no me había pasado jamás), nadie te explica nada, ahí te apañes. Puesto que la recepción es un bar, abre hasta pasada la media noche, con musica a tope, gritos y jolgorio. No solo de clientes, sino del empleado de turno con sus amigotes. y si te quejas, encima se cachondean. A eso hay que sumar que hay mas antros en la calle y añaden su ración diaria de ruido. A las 6 de la mañana, vuelve el ruido con el siguiente turno de empleado (solo hay uno por turno), moviendo barriles de cerveza y encendiendo la musica a las 7. En cuanto a la estética, el hotel se vende como si tuviese una decoración clásica y lo que tiene son muebles viejos de mercadillo. Cutre a mas no poder. Nadie te informa tampoco de que hay desayuno incluido, acorde con el resto del hotel, no es una maravilla, de hecho es ligeramente birrioso, esa especie de Tang Croata que te sirven como zumo, me trajo recuerdos de mi niñez en los 80. Como anécdotas curiosas, la primera noche había un simpático gato dentro del hotel, de los muchos que viven sueltos en la ciudad, y al abrir la puerta se coló en nuestra habitación y pese a que me encantan los gatos, tuve que perder diez minutos en tratar de convencerlo de que saliese de debajo de la cama y se fuese a hacer sus tareas de gato a otro sitio. La segunda noche tuve que hacer lo propio con una cucaracha del tamaño de un mechero Bic, supongo que al estar en la parte vieja de la ciudad esto puede ser hasta normal. Por lo demás. una tele con un solo canal, un agujero en el techo del baño por el que cabía King África, sin caja fuerte, la ducha salpica e inunda el baño, el asiento del inodoro medio roto, sin ascensor, en fin, una joya. En resumen, pagas (y mucho) por la ubicación. Porque mas que un hotel es la pensión Pepito. Recomiendo que si quieres alojarte en la ciudad antigua cojas cualquier apartamento, que hay cientos de ellos y huyas de este garito sin mirar atrás. No lo voy a valorar como pésimo porque la señora de la limpieza es bastante simpática, solo hablaba Croata, pero con simpatía.
Eccellente
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