Hotel Jaime I

La localización es en el puro centro, al lado del ayuntamiento y a escasos metros drl castillo. El edificio no desentona de otros de este pueblo con encanto. El personal de recepción es amable y eficaz, peto no está todo el día dn la recepción. Aunque parezca mentira, el año pasado instalaron un ascensor, lo que es un logro por tratarse de un inmueble antiguo. Los pasillos, su iluminación y la identificación de las habitaciones es correcta. La habitación para uso individual no llegaba a los 20m2. Pero, tanto el tamaño como la distribución eran correctas. Las camas y las almohadas eran cómodas, pese a que ya tenían años acumulados. La insonorización interna y externa no era nada buena; pero tanto el pueblo como rl propio hotel eran tranquilos. La iluminación era correcta y la habitación se podía dejar a oscuras. Mobiliario era algo rústico, espartano. La TV no superaba las 32", se veía bien, tenía numerosos canales, incluidos los de la TDT. No había aire acondicionado, pero sí calefacción. El baño, aunque era pequeño, esta reformado, era moderno y cómodo. Iluminación era buena, La grifería moderna funcionaba bien y las toallas eran correctas. El desayuno era lo que se puede esperar de un hotel de esta categoría en una pequeña localidad. La Wifi no funcionaba muy bien. En resumen, un buen hotel para conocer esta población y alrededores.

La habitación completa, limpia y con todo lo necesario. Balcón precioso donde poder ver la plaza y las actividades que hacen. Desayuno completo y correcto. Las empleadas encantadoras. Todo limpísimo. Todo genial. Muy recomendable.