Marisa G
24 aprile 2023
Nada más llegar, Valentina, recepcionista y factótum del hostal, nos ofreció elegir entre dos habitaciones, todo un detalle por su parte. La que elegimos tenía una magnífica vista a la plaza de toros y al monte del Corazón de Jesús y la ubicación era ideal porque tenía mucha luz todo el día sin llegar el sol a incidir directamente en la ventana en ningún momento. Todo estaba limpísimo, el baño era completo, con bañera, la otra habitación tenía solo ducha. La cama y la almohada comodísimas, mi marido siempre viaja con su propia almohada, por si acaso, pero en esta ocasión no ha tenido que utilizarla. Las persianas son eléctricas, de modo que no cuesta ningún esfuerzo subirlas o bajarlas. El lugar es un remanso de paz, fuera del recinto amurallado pero a pocos metros del Palacio Ducal a pie. Los cuatro días pudimos aparcar sin problemas prácticamente en la puerta. Mención aparte merece el desayuno continental, bastante más completo que muchos desayunos bufet de hoteles de mayor categoría, con mermelada, membrillo y magdalenas caseras, así como embutidos, queso, zumo y fruta y leche de soja si se solicita. El establecimiento está decorado con mucho gusto, tipo rural-chic y excelentemente mantenido. Hemos estado muy a gusto.
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