Utente ospite
15 gennaio 2025
Somos un grupo de amigos que cada fin de año lo pasamos en un hotel, este año decidimos ir al Monestir de les Avellanes, que por cierto tuvimos que pagar con un mes de antelación la habitación y la cena , sin posibilidad de devolución. Llegamos a las 3 de la tarde y aún estaban las habitaciones por hacer. despues de dos 2 de espera, pudimos acceder a la habitación, en mi vida habia entrado a una habitación tan fria, no habian puesto la calefacción, nos dieron 2 tarjetas-llave, para que la dejaramos encendida si marchabamos, el baño no tiene ningún tipo de calefacción. A la hora de la cena un pequeño aperitivo de pie, croquetas, trocitos de pan con jamón, y gamba con gabardina, pasamos al comedor, que si no me llego a preocupar un poco, nos ponen a los 8 comensales en mesas separadas. Cena con tres mini entrantes poco substanciosos, de segundo solomillo o bacalao y de postre de lo más normal. Las uvas las habiamos de tomarlas en el claustro a -1º, evidentemente yo no las tomé allí. Después no amenizarón con música (lo único bueno). La habitación es bastante austera, la cama es cómoda, se encuentra a faltar otra almohada. El desayuno támbien es bastante austero. En el momento de marchar tuvimos la última sorpresa, el vino no iba incluido en el lote, después de haber pagado 360, abonaños 7€ más. Francamente no creo que vuelva.
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