Utente ospite
20 agosto 2024
Casa hecha con un gusto exquisito. Las instalaciones están pensadas para generar armonía y slowlife en cada rincón. Nos encontramos con más mimo del esperado, sin duda, y con el visor puesto en cada detalle para activar los sentidos ( soy detallista y exigente en esto: lo superó). El cristal es una auténtica pasada, el jacuzzi la guinda, la cama exterior nos cautivó… Todo es maravilla en esa casa, además, lo preparan más bonito que en las fotos y con una limpieza impecable. Desayuno con encanto y completo. Una experiencia que recomendaremos y regalaremos si se presenta la ocasión. ¡Medalla de honor a Juan Alberto por el trato y por el trabajo bien hecho!
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