Hotel terme a Guadalajara

Increíble experiencia. El edificio es maravilloso, la decoración, los detalles... Se ve que está todo súper cuidado. Manteniendo el edificio original. Hasta las escaleras son bonitas. El personal es encantador. Desde Silvia, que nos atendió en recepción, hasta Miguel, el director. Estuvo súper pendiente de nosotras en todo momento. Pasamos el día en la piscina, que es maravillosa. El color, el pueblo de fondo, el césped tan bien cuidado... Nos recomendaron dar un paseo por el jardín romántico y merece la pena. Comimos en la Redonda súper bien. Los camareros encantadores (aunque nos tocaba esperar un poco a que nos atendieran) y dispuestos a ayudar. La comida riquisima. Nos sorprendió la ensalada de burrata, tenía algo especial. La tarta de queso riquisima también. Estuvimos un rato en la piscina termal y súper completa. El personal también encantador. El desayuno genial, con opciones calientes que están buenísimas. Variedad en todo, quizás eché de menos bollería de hojaldre (croissant, mini napolitana de choco), pero por poner un pero. Porque con todo lo que había, daba para desayunar 3 veces. El montaje cuidado y cómodo. Estamos deseando volver... La próxima estancia tendrá que ser más larga. Muchas gracias a todos por esta estancia maravillosa, ¡volveremos!