Balneario Caldas de Luna

Solo puedo decir cosas positivas de mi estancia, perfecto para descansar unos días en la montaña de León rodeado de naturaleza y tranquilidad. El personal muy amable y la comida muy buena, casera y abundante ..me encanto la piscina termal con sus diferentes chorros y los demás servicios de termalismo. Muy recomendable.

Un lugar totalmente recomendable para desconectar. Comida casera muy rica y abundante en los menus y el desayuno y cena. Manuela nos ha atendido en el comedor con mucho cariño y amabilidad .Comida casera muy rica y variada. En la Recepción Judith y Giselle se ocuparon de hacernos la estancia muy cómoda,solo hubo facilidades. La Habitacion limpia cama normal y comoda. Kati nos hizo cada día de estancia un tratamiento diferente que sin duda repetiré. Es una gran profesional y tiene una gran sensibilidad para las personas. Frank el chico del Bar es alegre, cariñoso y muy profesional. También tengo que mencionar a CANELA, es una perro raza mastín y es una joya , fue nuestro guía por el monte y nos llevó sanos y salvos hasta el Balneario.Gracias a todos hemos tenido una estancia excepcional. Volveremos . .

Balneario totalmente recomendable. Ubicado en un paisaje maravilloso. Ambiente familiar,el personal, muy amable, profesional y muy pendiente de las personas con movilidad reducida, como mi marido. Buena comida, habitación grande y todo muy limpio. No hay ninguna pega. Lo pasamos fenomenal, con ganas de repetir en cuanto podamos.

Tras haber disfrutado de una estupenda estancia con mi pareja el pasado octubre de 2023, esta vez acudimos junto a mi hermano y mi hermana con sus respectivas parejas. Y sólo puedo corroborar que ha merecido la pena. Buen servicio de habitaciones, baños termales adecuados para un tratamiento de mejora, y una magnífica cocina bajo la batuta de Tino. Y todo ello sustentado en un personal muy amable, atento y servicial, además de eficaz. Volveremos a este lugar tan bello y a este establecimiento que se merece una nota excelente.

La característica fundamental de este Balneario-hotel es su pequeño tamaña lo cual le hace adquirir un carácter como familiar que fue lo que más nos gustó. en este aspecto juega un papel fundamental la gestora, Judith. Lo más destacable es la amabilidad del personal, tanto del Balneario (Katia y Giselle) como del comedor (Manuela y María). También el circuito termal es muy interesante por las propiedades del las agua. Lo organizan todo para que en cada turno haya un máximo de 10 personas, con lo cual aprovechas tu tiempo al máximo, no estando ni un solo minuto sin hacer una actividad u otra. Todos los puntos de interés en la piscina termal funcionaban de maravilla. A todo ello hay que añadir el hecho de estar ubicado en el valle de Luna un espacio natural, rodeado de montañas, aunque con el pequeño inconveniente de estar pegado al la autovías Ap-66 que une León con Oviedo. De hecho los valle de Luna y Omaña fueron declarados Reserva de la Biosfera en 2015. En cuanto a las habitaciones son pequeñas, con una cama amplia, el resta del mobiliario con necesidad de renovar, debido a que el cabezal y las mesitas de noche son muy anticuados. Los armarios, creo que fueron renovados recientemente, para convertirlos en una especie de mueble empotrado, algo incómoda la parte de las perchas para colgar la ropa. Dispone de TV que no se veía bien pues el color estaba muy mal regulado y no disponía de servicio HD con lo cual la calidad estaba muy mermada. Nuestra habitación daba al río Luna y tenía una pequeña terraza, aunque en muy mal estado. También la carpintería exterior fue renovada no hace muchos años pues tiene unas puertas de aluminio con sistema Climalit (de doble acristalamiento) El baño al completo necesita una reforma inmediata, ya que, aunque cumplió con su función durante nuestra estancia de 9 días, es muy conveniente una renovación de sanitarios, azulejos, grifería y pavimento. La mampara de la ducha también me pareció no demasiado antigua y cumplía bien su función pues apenas se salía el agua al ducharse. El pavimento de la habitación es de parquet y muy antiguo con lo cual hacía bastante ruido al pisar, sobre todo por la noche. Dispone de aparcamiento para los cliente justo enfrente. Los albornoces los facilita el Balneario y nos los cambiaron a mitad del ciclo. Las sábanas y las toallas de lavabo las cambiaron 1 vez, las de baño creo que no las cambiaron en los 9 días. La limpieza en el hotel correcta y se hacía a diario. En la habitación se limpiaba lo justo: los lavabos y muy poco más. es verdad que hacían la cama a diario.

este viernes mi amiga y yo teníamos una reserva en el Balneario Caldas de Luna para realizar el circuito y disfrutar de un masaje cada una. habíamos elegido este balneario por el buen trato y por la buena experiencia de la última vez, hecho que no se repetiría en esta ocasión. en el viaje de ida mi amiga y yo tuvimos un accidente en carretera y lo primero que hicimos fue llamar al balneario para pedirles ayuda y que conocieran nuestra situación. la primera vez que contactamos con el balneario, me colgaron nada más que me oyeron llorar por lo que había pasado. durante la segunda llamada (que también se produjo de nuestra parte, no del balneario) le volvimos a explicar la situación a la recepcionista que lo único que hizo fue decirnos que nos iba a cobrar la cantidad acordada de la reserva (120€ en total) porque su política de cancelación (que, por supuesto, no incluía accidentes a pesar de que el centro se encuentra en plena montaña) no admitía ni cambios ni devolución del dinero. por ello, nada más que colgué el teléfono, recibí, mientras esperaba la llegada de la grúa, una notificación del banco que me avisaba del cobro del balneario. entiendo que, si hubiera habido heridos o incluso fallecidos, también me habrían cobrado la cantidad, ¿verdad? en la tercera llamada, que también se produjo de nuestra parte, la recepcionista volvió a recordarme con mucha falta de tacto la política de cancelación del balneario (argumentando que estas cosas "pueden pasar", comparando el accidente con un posible catarro, que también puede ser un imprevisto, claro está). durante el transcurso de esta llamada, tampoco hubo preocupación por su parte (no nos preguntó en ningún momento cuál era nuestro estado de salud, si nuestro coche o nosotras habíamos sufrido daños, etc.) y tuve que ser yo la que le preguntara si, a pesar del accidente, podríamos disfrutar del circuito o del masaje cuando la grúa viniera a asistirnos. cuando por fin llegamos, el trato de la recepcionista no volvió a ser el adecuado, ya que discutía con nosotras sobre la política de cancelación de su empresa y ponía en duda todo lo que había pasado durante el transcurso de estas llamadas. por supuesto, tampoco se produjo la pregunta acerca de nuestro estado o del estado del coche. la única pena que me da es que no vamos a volver a probar las aguas termales, que es lo único que merece la pena de ese lugar, porque lo que es el trato deja mucho que desear.